Viernes, 12 de Julio de 2019

Columna de opinión:

Duda y vacíos de las consultas ciudadanas sobre la restricción horaria a menores



Diego Piñol Arriagada
Coordinador Área de Investigación
Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana, CESC.


El fin de semana pasado hemos presenciado cómo ocho municipios del país han realizado consultas a sus ciudadanas/os respecto a la restricción de desplazamiento de menores de 16 años de edad sin la compañía de un adulto. Participaron 120 mil personas en total, es decir, un promedio cercano al 9% del total de personas habilitadas. La opción ganadora fue el Sí.

Es importante que existan mayores espacios de participación social, pero para ello se requiere entregar a la población los datos necesarios para que su deliberación sea informada. En este caso, se dio información parcial sobre el problema que justifica la medida y sobre qué se realizará en concreto. A esto se suman señales muy confusas sobre qué se desea conseguir con esta política y cómo se podrán verificar sus resultados.

¿Qué justificaría esta medida? La información entregada por quienes promueven esta restricción de desplazamiento apunta al consumo de alcohol, tabaco y marihuana. Se han presentado gráficos que intentan establecer un vínculo causal entre consumo de estas sustancias y el número de días en que los menores han estado fuera de casa después de medianoche. Con esta información, el/la ciudadano/a solo conoce un factor de riesgo respecto del consumo, y no el amplio espectro de factores biopsicosociales que inciden en él, ni cuáles son los más relevantes para su prevención. La información entregada no se sustenta en diagnósticos comunales que permitan observar que dicho factor sea el más relevante, por lo que el dato puede no reflejar las características de cada comuna. Además, las estadísticas muestran solo el consumo y no el consumo problemático, que debería ser la prioridad en la agenda en materia de prevención de drogas y alcohol.

¿Qué se realizará exactamente? La información es aún más escasa. Se menciona el modelo islandés, pero no se explican sus componentes. Ante la falta de información, el/la ciudadano/a piensa que en Islandia la política ha consistido en una restricción horaria para el desplazamiento de menores, pero en realidad es mucho más que eso. El modelo islandés es un programa con un enfoque comunitario de cooperación y movilización de diversos actores, donde la implementación de medidas, como restringir la movilidad de menores, es una parte de la octava de diez etapas progresivas. Previamente, por ejemplo, se requiere desarrollar capacidades locales para la prevención, generar alianzas a nivel comunitario, diseñar programas y oferta local, entre otras medidas. Este modelo, además, descansa y se basa en diagnósticos locales, lo que supone una adaptación al contexto de cada territorio.

En Chile se ha presentado información incompleta respecto del funcionamiento del modelo de Islandia, y se busca implementar de forma incorrecta. Tampoco se informa sobre los posibles riesgos, de cómo se violan derechos de los niños y niñas con esta medida, y de cómo esto tiende a estigmatizar a los/as adolescentes.

¿Qué se desea conseguir? Tampoco existe información relevante, salvo que esto se plasmará en una Ordenanza Municipal (que, teóricamente, respetará la Constitución y Tratados Internacionales, aunque existen fundadas dudas que ello se pueda lograr, tal como lo ha advertido la Contraloría).

Es importante resaltar que la prevención del consumo de drogas y alcohol resulta efectiva cuando se logra modificar el mayor número de sus causas. Según la experiencia acumulada a nivel nacional e internacional, ello supone programas que generan acciones a nivel individual, grupal, familiar, escolar y comunitario. La información que se entrega es que en Islandia la restricción al desplazamiento en ciertos horarios tuvo resultados, pero no se indica que para generar esos resultados (tanto en Islandia como en Chile), esta medida no es la prioritaria ni la central. Lo que puede suceder es que no se logre el objetivo de disminuir el consumo de alcohol, tabaco y marihuana, por lo que el ciudadano se sentirá defraudado.

Esta consulta es una ilusión de participación, ya que, como hemos señalado, no estuvo basada en información completa y suficiente para una adecuada deliberación. Además, es posible que, como diversas instituciones han advertido, la medida no se concrete. Con ello, la fe pública y la confianza en las instituciones se debilita. Preocupan también las señales que entregamos a los niños y niñas del país, estigmatizándolos y excluyéndolos. Nuevamente estamos diciendo que prevenir es controlar, y que prohibir y perseguir es una nueva y buena idea, pese a que llevamos años observando que no funciona. Con este ejercicio estamos engañando al ciudadano y renovando el populismo penal que tanto daño ha hecho a nuestro país.

 

Columna publicada en El Desconcierto

 

 

| Inicio | Quiénes Somos | Equipo de Trabajo | Áreas de Investigación | Proyectos e Investigación | Publicaciones | Docencia y Capacitación |
| Noticias | CESC en los Medios | Enlaces |

CESC Centro de Estudios en Seguridad Ciudadana. INAP Instituto de Asuntos Públicos. Universidad de Chile. Santa Lucía nro. 240, Santiago de Chile.
Fono: (56-2) (2) 9771528 | Fax: (56-2) (2) 6648536 | Email: cesc@uchile.cl